Llega una edad en la que a una le da igual diez que veinte y ocho que ochenta. y creo que he llegado a la edad esa en cuestión.
Pasaron los divinos 20, los mágicos 30 y afortunadamente me encuentro en los fantásticos 40.
Sí, tengo la cintura mas ancha de lo deseado, la gravedad empieza a notarse mas de la cuenta, y me duele todo, pero me importa una caja de pepinos completa el asunto.
Ahora me pongo un vestido mono, con sus complementos y demás, mi espuma en el pelo y hala, a pasear, que la vida es corta. Y que digan lo que quieran , que yo me veo divina de la muerte. :)
Fotos sacadas por Gloria con un Iphone X y editadas por mi misma.
¡Gracias amiga!, que te tengo chiflada con la sesión diaria.
Vestido de Zanzea, una marca cumbre en estos momentos en mi vestidor.
Sandalias del año pasado, y bolso de Primark.
Los complementos son fundamentales en cualquier outfit, a veces hasta más que el propio vestido.
Un look super cómodo y fresquito para el veranito.
Me despido con un cuento sacado del libro "CIEN CUENTOS POPULARES ANDALUCES", el número 47 concretamente, donde de una forma muy sencilla nos dice que mas vale pobre y despreocupado, que rico y angustiado.
Y es que como nos cantan Ruben Blades & Willie Colon, ¿De qué te vale tener y tener y tener si tu no sabes que hacer y que hacer y que hacer con lo que tienes?
Pasaron los divinos 20, los mágicos 30 y afortunadamente me encuentro en los fantásticos 40.
Sí, tengo la cintura mas ancha de lo deseado, la gravedad empieza a notarse mas de la cuenta, y me duele todo, pero me importa una caja de pepinos completa el asunto.
Ahora me pongo un vestido mono, con sus complementos y demás, mi espuma en el pelo y hala, a pasear, que la vida es corta. Y que digan lo que quieran , que yo me veo divina de la muerte. :)
Fotos sacadas por Gloria con un Iphone X y editadas por mi misma.
¡Gracias amiga!, que te tengo chiflada con la sesión diaria.
Vestido de Zanzea, una marca cumbre en estos momentos en mi vestidor.
Sandalias del año pasado, y bolso de Primark.
Los complementos son fundamentales en cualquier outfit, a veces hasta más que el propio vestido.
Un look super cómodo y fresquito para el veranito.
Me despido con un cuento sacado del libro "CIEN CUENTOS POPULARES ANDALUCES", el número 47 concretamente, donde de una forma muy sencilla nos dice que mas vale pobre y despreocupado, que rico y angustiado.
Y es que como nos cantan Ruben Blades & Willie Colon, ¿De qué te vale tener y tener y tener si tu no sabes que hacer y que hacer y que hacer con lo que tienes?
47. El zapatero y el banquero
Ana Amaya Gil Algeciras
Era un zapatero pobre que vivía al lado de un banquero rico. El zapatero siempre estaba cantando en su taller y el banquero se admiraba del buen humor que tenía su vecino, teniendo menos dinero que él. Por eso un día fue a verlo y le dijo:
-Te voy a regalar estas cien monedas porque eres la persona más alegre que conozco y la que me alegra la vida con tus canciones.
El zapatero nunca había visto tanto dinero junto, así que se pasó el día pensando dónde podía esconderlo. Cuando consiguió encontrar un buen agujero, se fue a hacer su trabajo, pero no cantó como antes porque tenía que estar atento por si escuchaba entrar a los ladrones en su casa para robarle.
A los tres días ya estaba harto de preocuparse y fue a casa del banquero y le dijo:
-Vecino, tome usted las cien monedas, que prefiero vivir cantando que no preocupado por lo que me pueda pasar.
Y volvió a su taller, pobre como siempre, pero tan contento que enseguida se puso a cantar.
Hasta la próxima. :)
Ana Amaya Gil Algeciras
Era un zapatero pobre que vivía al lado de un banquero rico. El zapatero siempre estaba cantando en su taller y el banquero se admiraba del buen humor que tenía su vecino, teniendo menos dinero que él. Por eso un día fue a verlo y le dijo:
-Te voy a regalar estas cien monedas porque eres la persona más alegre que conozco y la que me alegra la vida con tus canciones.
El zapatero nunca había visto tanto dinero junto, así que se pasó el día pensando dónde podía esconderlo. Cuando consiguió encontrar un buen agujero, se fue a hacer su trabajo, pero no cantó como antes porque tenía que estar atento por si escuchaba entrar a los ladrones en su casa para robarle.
A los tres días ya estaba harto de preocuparse y fue a casa del banquero y le dijo:
-Vecino, tome usted las cien monedas, que prefiero vivir cantando que no preocupado por lo que me pueda pasar.
Y volvió a su taller, pobre como siempre, pero tan contento que enseguida se puso a cantar.
Hasta la próxima. :)
Comentarios
Publicar un comentario