Me encanta el rollo gatuno. Los mininos son super especiales.
Ademas de lo cuco que son ellos de por sí, la ropa con toques felinos da un estilo muy femenino y delicado a cualquier outfit.
A mi se me van los ojos a todo lo que sea "mundo miau", bolsos, bisute, ropa, ilustraciones, y un largo etc.
No es nada difícil verme en cualquier momento haciendo un guiño a mis defendidos gatitos.
Lo importante es sentirse bien y disfrutar. :)
Fotos realizadas por Gloria con un Iphone X y editadas por mi misma.
¡Gracias amiga! Sin quererlo te has convertido en mi fotógrafa. 😊
Vestido y mochila de Joom.
Bailarinas gatos de Asos.
Les dejo con un cuento infantil y ocurrente de Wanda Ga´g.
El libro es super bonito, lleno de ilustraciones. La autora ganó la medalla de honor John Newbery 1929.
Trata sobre dos abuelitos y la soledad, en busca de compañía gatuna.
Y aunque es infantil, es tan bonito que cualquier adulto puede disfrutar de él.
Yo lo guardo dentro de mis joyitas, de esos libros de los que nunca me desprenderé.
MILLONES DE GATOS
Wanda Ga`g
Libros del zorro rojo
Había una vez un hombre muy muy viejo y una mujer muy muy vieja, que vivían en una bonita casa.
Salvo la puerta todo estaba cubierto de las más variadas flores.
Pero la soledad que sentían les impedía ser felices.
- Si tan solo tuviéramos un gato - suspiro la mujer muy muy vieja.
- ¿Un gato? - pregunto el hombre muy muy viejo.
- Sí, un lindo y pequeño gato de pelo suave - contestó la mujer muy muy vieja.
- Pues... ¡te voy a conseguir un gato, cariño! - anunció el hombre muy muy viejo.
Y salió en su busca.
Subió por las colinas soleadas y caminó fatigosamente por los valles frescos.
Anduvo mucho, mucho tiempo, hasta que por fin llegó a una colina poblada de gatos.
Gatos aquí, gatos allá
gatos y gatitos por todas partes,
cientos de gatos,
miles de gatos,
millones y billones y trillones de gatos.
- ¡Oh! - dijo el hombre muy muy viejo con gran alegría-, ahora puedo escoger al gato más lindo y llevarlo a casa.
Eligió uno blanco, pero, cuando estaba a punto de marcharse, vio otro de color blanco y negro tan bonito como el primero.
Y decidió llevárselo también.
Fue entonces cuando divisó un suave gatito gris.
No podía dejarlo allí.
¡Era tan lindo como los otros!
Y lo tomó es sus brazos como al que estaba en un rincón, y que descubrió justo después.
Era sin duda, un gatito precioso.
Tan precioso como el gatito negro que estaba bajo sus pies.
<< Sería una pena dejarlo >>, pensó, y lo subió sobre su espalda.
Un instante después vio un gato que parecía un pequeño tigre.
- ¡Llevaré este también! - exclamó el hombre muy muy viejo.
Cada vez que el hombre muy muy viejo levantaba la vista, hallaba un gato tan lindo que le era imposible dejarlo atrás.
Fue así, como antes de que se diera cuenta había elegido a todos los gatos.
Emprendió el regreso. Caminó por encima de las colinas soleadas y bajó por los valles frescos. Quería mostrarle sus lindos gatitos a la mujer muy muy vieja.
Era muy gracioso ver como lo seguían esos cientos de gatos, miles de gatos, millones y billones y trillones de gatos.
Llegaron a un lago.
- ¡Miau, miau1 ¡Tenemos sed! - maullaron los cientos de gatos, miles de gatos, millones y billones y trillones de gatos.
- Bien, pues aquí tenemos agua en abundancia - dijo el hombre muy muy viejo.
Cada gato tomó un sorbo de agua ¡y el lago desapareció!
- ¡Miau, miau! ¡Tenemos hambre! - exclamaron los cientos de gatos, miles de gatos, millones y billones y trillones de gatos.
- Hay una cantidad de hierba en estas colinas - contestó el hombre muy muy viejo.
Entonces, cada gato comió un bocado de hierba ¡y no quedó nada!
Al poco tiempo, la mujer muy muy vieja los vio acercarse.
- ¡Querido mío! - gritó -. ¿Qué has hecho?
Te pedí un gato pequeño. pero ¿qué veo?
Gatos aquí, gatos allá, gatos y gatitos por todas partes, cientos de gatos, miles de gatos, millones y billones y trillones de gatos.
- Nunca podremos alimentarlos a todos - se lamentó la mujer muy muy vieja -. Se comerán hasta nuestra casa.
- No había pensado en eso - dijo el hombre muy muy viejo -. ¿Qué podemos hacer?
La mujer muy muy vieja pensó durante un rato. Luego dijo:
- ¡Ya lo sé! Dejaremos que lo decidan los gatos.
- ¡Perfecto! - dijo el hombre muy muy viejo.
Reunió a todos los gatos y les preguntó:
- ¿Cuál de vosotros es el más lindo?
- ¡Soy yo!
-¡no, soy yo!
-¡No, yo soy el más lindo!
- ¡No, soy yo! ¡Soy yo! ¡Soy yo! - gritaron cientos y miles y millones y billones y trillones de voces, porque cada gato estaba seguro de ser el más lindo.
Y los gatos empezaron a pelearse.
Se golpearon, se arañaron, se mordieron el uno al otro y levantaron tal algarabía que el hombre muy muy viejo y la mujer muy muy vieja corrieron hacia su casa tan rápido como pudieron.
No les gustaba tanta pelea.
Después de un rato, el ruido paró y el hombre muy muy viejo y la mujer muy muy vieja se acercaron a la ventana para ver que había sucedido.
¡No pudieron ver ni un solo gato!
- Creo que se deben de haber comido los unos a los otros - dijo la mujer muy muy vieja.
Es una pena.
- Pero... ¡mira! - el hombre muy muy viejo señaló un brote de hierba.
Sobre él había un gato diminuto muy asustado.
Lo recogieron deprisa.
Su aspecto no era bueno: estaba desaliñado y, sobre todo, muy flaco.
- Pobre gatito, - murmuró la mujer muy muy vieja.
- Querido gatito - dijo el hombre muy muy viejo-, ¿cómo es que no te comieron entre todos esos cientos y miles y millones y billones y trillones de gatos?
- Pues... porque sólo soy un simple gato . contestó.
Por eso cuando preguntasteis cuál era el más lindo, no dije nada. Y nadie se preocupó por mí.
La pareja llevó al gatito dentro de la casa, donde la mujer muy muy vieja le dio un baño calentito y lo cepilló hasta que su pelo se volvió suave y brillante.
Lo alimentaron con grandes cantidades de leche.
Y muy pronto, el gatito engordó.
- ¡Después de todo es un gato muy lindo! - dijo la mujer muy muy vieja.
- Es el gato más lindo del mundo - dijo el hombre muy muy viejo -. Y lo sé, porque he visto cientos de gatos, miles de gatos, millones y billones y trillones de gatos.
Y ninguno era tan lindo como este.
Hasta pronto. :)
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